Entrevista
al Rvdo. Padre D. Juan Pedro Varo Salguero, director espiritual de la
hermandad. – Por Julián Garrido, Antonio M. Valencia y Rubén
Rondón.
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Habiendo tenido usted una patente trayectoria en una ciudad como la
de San Roque, y ya un claro y notorio asentamiento en nuestra
población, ¿qué diferencias y semejanzas destacaría entre la
Semana Santa de estas dos localidades?
Dicen
que las comparaciones son odiosas, por tanto, no podría hacer yo
ahora una comparación entre la Semana Santa de una localidad y otra.
Yo creo que cada pueblo tiene su identidad, y sus vivencias y su
historia y eso es algo que no se puede olvidar. Lo que sí es cierto
es que las dos arrancan de una profunda fe del pueblo, que necesita
exteriorizar su fe en la calle y manifestarla en medio de su gente.
En esa manifestación no sólo va incluido la exhibición, sino
también el deseo ardiente de transmitir algo que nos han transmitido
a nosotros. Si la Semana Santa perdiese ese afán por transmitir un
mensaje, que es el mensaje de Jesucristo, llámese Evangelización,
perdería su idiosincrasia y su finalidad.
- Si le
pidiéramos de manera sintética un balance de estos últimos años
en la Semana Santa de Tarifa, diría...
Que
se ha caminado mucho pero tenemos que seguir caminando para hacer que
la Semana Santa de Tarifa siga creciendo y enriqueciendo a nuestro
pueblo. Un cofrade no se debe contentar sólo con sacar un paso a la
calle, sino que esa salida haya servido de algo. Para eso está la
formación cofrade, las acciones sociales y por supuesto el culto
tanto interno como externo.
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Es posible que el mundo de las cofradías sea uno de los grupos que
más número de personas aporta a la Parroquia ¿comparte esta
impresión? ¿qué lugar ocupan los cofrades en la vida de la misma?
Por
supuesto que la comparto, yo diría que es el grupo más numeroso. El
mundo cofrade tarifeño es como la sal, que está y muchas veces no
se da uno ni cuenta. Hay cofrades en catequesis, en la Adoración
Nocturna, en Cáritas... en todos los grupos parroquiales puedes
encontrarte a un cofrade. Esto es bueno, porque así la cofradía no
es un gueto, ni un círculo cerrado, y también porque un cofrade,
para ser un buen cofrade, como dice la sevillana, tiene que ser antes
un buen cristiano, y así necesita que tiene que compartir su fe y
ayudar también como cristiano en las distintas tareas eclesiales.
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Aunque no es conveniente generalizar, en el sector cofrade siempre se
ha rumoreado que la curia no suele recibir con excesivo gusto a las
hermandades en la parroquia ¿Cuánto hay sobre ello de leyenda
urbana y cuánto de realidad? Y si se diera el segundo caso, ¿puede
estar motivado este “rechazo” a la falta de implicación de gran
parte de los cofrades a la vida y actividad parroquial?
Yo
creo que hay mucho de leyenda urbana. Al decir la curia supongo os
referís a los sacerdotes, y no es del todo así. Como en todas las
cosas, habrá sacerdotes que hayan trabajado con cofradías, otros
que no, a unos que les caigan bien, a otros que no, pero eso no
quiere decir que en general, los sacerdotes vayan siempre con el
hacha en las manos cada vez que ve un cofrade. Yo, por ejemplo, no he
convivido con el mundo cofrade hasta que no fui sacerdote, y fue aquí
en Tarifa. Después se me encomendó la parroquia de San García,
donde no había presencia cofrade, y sin embargo, veía la necesidad
de una de ellas, luego se me encargó la parroquia de Santa María La
Coronada de San Roque, donde me encontré con diez hermandades y ante
esa situación uno no puede estar con el hacha en las manos, estás
obligado a atender a muchas personas que te necesitan y que necesitan
a Dios. Por eso no estoy de acuerdo con esa afirmación. Conozco a
muchos compañeros míos que han tenido la misma experiencia. Cuando
te pones a trabajar codo con codo con los cofrades descubres un mundo
inmenso donde poder ofrecer el mensaje de salvación que quieres
transmitir, pero tienes que trabajar con ellos, no puedes hacerlo
desde fuera, te tiene que doler lo que a ellos les duele y te tiene
que alegrar lo que a ellos les alegra. Es el mejor camino que he
descubierto hasta ahora, y creo que no me va mal. Evidentemente
tienes que corregir cuando sea necesario, ponerte serio cuando sea
necesario, y hacer “el payaso” por qué no, cuando también sea
necesario. Pero es lo que el cofrade necesita, un compañero de
camino y no un juez que sólo fiscaliza sus acciones y siempre está
diciendo NO a todo lo que se le proponga.
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Asistimos en muchos lugares a la creación de nuevas hermandades y
asociaciones parroquiales cuando resulta dificultosa la acción de
integrar con oficiales de cierta competencia los distintos cargos de
una junta de gobierno, ¿Considera que hay necesidades pastorales
reales para autorizar nuevas cofradías o su creación puede
responder a otros motivos?
Cuando
se erige una hermandad, hay detrás todo un proceso, creo que lo
conocéis, de hecho nosotros en la parroquia tenemos una. No creo que
el criterio para hacer una hermandad sea a la ligera, al contrario,
es un proceso lento, de mínimo diez años, en los que se va viendo
si hay realmente motivos pastorales suficientes para crear esa
hermandad. La nuestra, por ejemplo, lleva ya doce años, y han
solicitado el nombramiento como hermandad, pero estamos a la espera.
Por otro lado, antes de crear esa hermandad, se necesita el informe
del Consejo Local de HH y CC y el informe del Consejo Pastoral de la
Parroquia y, si lo hay, del arciprestazgo. Quiero decir con esto que
los motivos no son sólo a criterio del cura o del obispo, sino que
también se solicita a la comunidad parroquial, un informe por si ve
acertado o no la creación de esa hermandad.
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Una pregunta más marinera. ¿Podría ser una solución factible,
ante ciertos problemas a la hora de conformar un grupo de personas
para trabajar de manera solvente, el pensar seriamente en la
integración de alguna advocación bajo las siglas de otra hermandad
más contrastada?
(Risas)
Esa pregunta ya tiene una dirección (Risas). Si desde el principio
me dices que es una pregunta más marinera, ya sé por dónde queréis
ir. Sólo os puedo decir, que no es bueno adelantarse a los
acontecimientos, por tanto, esta pregunta la responderá el tiempo
(Risas).
- Respecto a la formación cofrade, además de la materia
teológica, ¿qué otros objetivos debemos de situar en el horizonte
inmediato de las hermandades tarifeñas?
En
la formación cofrade no se pretende que los cofrades hagan un máster
en teología, sólo se pretende que aquellos que tienen en sus manos
una responsabilidad importante como es gobernar una hermandad por un
periodo de cuatro años, tenga un mínimo de formación cristiana.
Por eso tampoco se puede aspirar a grandes cosas, con sólo tener una
mínima formación cristiana, litúrgica, ética... es suficiente. Si
he insistido desde que llegué a Tarifa en la formación es porque
creo que es muy necesario para el día de hoy. Como muy bien decís,
muchas veces, ofrecemos cargos a personas que tienen muy baja
formación cristiana, que son muy buenos, muy serviciales, muy
entregados, pero que después no saben distinguir a la Santísima
Trinidad de la Santísima Virgen, y esto no se puede consentir.
Entonces, para evitar estas cosas, está pensada la formación
cofrade. En estos primeros años, más que el contenido de las
charlas me interesa la intercomunicación que está surgiendo entre
las hermandades, las preguntas que van surgiendo y que a todos
interesa, es decir, la comunión entre todos. Después ya veremos más
contenidos, pero de momento, formación cristiana, litúrgica,
moral... Sé que se podrían hacer otras charlas más cofrades, pero
no es objeto de formación, no es algo que me compete a mí, sino al
mismo mundo cofrade en sí. Por ejemplo, puede interesar cómo vestir
a una imagen. Es un tema que al mundo cofrade le interesa, pero no es
un tema para formación, más bien para curiosidad. Es como si un
niño te dice, a ti, que eres maestro, que es más importante que le
enseñes un juego a que sepa multiplicar o sumar. Es más importante
aprender lo segundo, lo del juego, ya irás aprendiendo, con la
práctica, y además sólo serán temas que les interese a una parte
del mundo cofrade, como es el vestir a una imagen, a otros, depende
de sus funciones, les interesará otras cosas. Al fiscal, cómo
organizar un cortejo; al mayordomo, cómo cuidar los enseres; al
tesorero, cómo buscar fondos...
- Usted ya tiene cierta experiencia en el “tema” de las
magnas. ¿Sería aconsejable o funcional la celebración de una
procesión de ese carácter en esta ciudad?
Durante
doce años que estuve en San Roque, pude celebrar doce Magnas,
porque, como sabéis, es algo que acontece en este pueblo anualmente.
El motivo en San Roque es tradicional, histórico y catequético, y
realmente es un día importante para el cofrade sanroqueño. Si hay
un día para señalar en el calendario como el día del pueblo de San
Roque, no señalarían el 21 de mayo como está en el calendario,
sino el Viernes Santo por excelencia. Quiero decir con esto que
cualquier magna es aconsejable, si realmente hay motivos para
hacerla. Eso sí, hay que trabajarla mucho, muchísimo, y en San
Roque se comienza a preparar desde el Sábado Santo de ese año, para
que el Viernes Santo del año siguiente esté todo preparado, y con
todo y con eso siempre hay cosas que se pasan o imprevistos que son
difíciles de resolver.
De
todas formas, en esta ciudad, sería una magna muy puntual, no sería
del mismo calibre que las de San Roque, por ejemplo. Y no veo ningún
inconveniente para no hacerlo, creo que tenemos gente suficiente,
aunque algunos piensen que no, y gente competente como para poder
afrontar una magna. Sólo hay que tener un motivo, ilusión y ganas
para llevarlo a cabo. Es más, sería un momento propicio para
fomentar la unidad entre todas las cofradías.
- Díganos
un lugar para ver cofradías que no sea un balcón en la Calzada y
por qué.
¿Y
por qué no se puede ver desde un balcón en la Calzada? El mundo
cofrade se vuelve muy selecto cuando piensa que todos tienen que
sentir lo mismo cuando esa cofradía pasa por un punto concreto de su
recorrido, y se puede dar el caso, o no. Quizá en otro sitio, donde
quizá no haya nadie, o donde quizá no sea estéticamente bonito, te
impacte más, o te guste más o sientas algo que los demás no
sienten. Si es así, bendito sea ese sitio. ¿Por qué se va a ver
mejor un paso en la esquina de Rico, por ejemplo, que en un balcón
en la calzada? Lo importante no son los sitios estratégicos, sino
que estemos abiertos a que Dios se puede hacer presente en tu vida en
cualquier momento, ya sea en la Calzada, Calle Virgen de la Luz,
esquina de Rico, Calle Tambor o plaza del Ángel.
-
Estamos seguros que el pasado Viernes Santo, durante la celebración
del Ejercicio de las Siete Palabras, le surgiría alguna idea o
motivación; ¿la compartiría?
Pues
sí, la misma que comuniqué al Hermano Mayor y su junta, que ya que
se ha dado un gran paso, ahora no podemos volver atrás, tenemos que
seguir más y mejor.