sábado, 10 de mayo de 2014

- Valoración de la Semana Santa 2014

          
            El reciente recuerdo de otro Lunes Santo vivido da paso a una etapa que se supone más sosegada para la cofradía, pero en absoluto es así.
Ahora llega el momento de recoger enseres y prepararlos para ser custodiados con celo durante su prolongado exilio a la casa de hermandad, hasta que la mayordomía los vuelva a orear cuando la cofradía empiece a desentumecerse del hastío provocado por el período estival. Ahora llega el momento de volver a la cotidianidad cofrade, donde se fragua, se alimenta y se construye la vida de hermandad y donde se preparan los resortes que elevaran nuestros sentidos a soñados y anhelados lugares cuando los albores de la primavera vuelvan a llamar a nuestra puerta. Ahora es el momento de analizar y valorar todo lo acaecido durante meses atrás con la única intención de ir mejorando día a día, año a año, Semana Santa tras Semana Santa…


            Como en el ejercicio anterior, la junta de gobierno desea acudir de nuevo a esta vía de comunicación para compartir con los hermanos y hermanas su parecer acerca de la pasada Semana Santa.
            En líneas generales, englobando todas las parcelas en las que se ve envuelta la hermandad, tanto en los preparativos como la organización de la estación de penitencia, la junta desea manifestar su satisfacción por cómo se ha desarrollado toda la actividad de la corporación; eso sí, siendo muy consciente de los errores cometidos. Errores que a priori no son relevantes; imperceptibles para quienes contemplan nuestra cofradía, salvo excepciones, y que ni siquiera afectan al avance de la propia estación de penitencia u organización de la misma. Unos desajustes que, debido al carácter perfeccionista de la junta de gobierno y ambición por el trabajo bien realizado –como siempre se ha caracterizado esta corporación-, ya están siendo estudiados para intentar subsanarlos con vistas al año próximo.
            Esta entrada podría convertirse en un extenso y pormenorizado análisis, pero con la intención de no saturar al lector, nos centraremos en los aspectos que a nuestro juicio puedan ser más relevantes u objeto de una mayor atención por parte de los hermanos y hermanas en particular y nuestros lectores en general.

            De los momentos previos al Lunes Santo, hay que señalar el vivido el Sábado de Pasión, donde poco a poco se va consolidando la “merienda de los nazarenos”. Hace años se inició esta actividad con el fin de formar e instruir a los nazarenos que forman parte del cortejo del Lunes Santo, en especial a los más jóvenes, adornando el encuentro con una merienda para los más pequeños. Paulatinamente se han ido sumando más personas y grupos, como es el caso de los monaguillos, dando forma a un verdadero acto de convivencia en las horas previas a la estación de penitencia. En esta edición, también se contó la presencia de costaleros de la cuadrilla del Señor, que con motivo del vigésimo quinto aniversario de su fundación fueron obsequiados con una tarta por un comercio local. Por otra parte, hay que destacar que la tarde estuvo amenizada con la colocación de un castillo hinchable que hizo las delicias de los más pequeños.


Sin temor a equivocarse, la junta de gobierno se mostró unánime en la pasada reunión de fiscalización al afirmar que el acto del “retranqueo” y traslado al altar mayor de ambos pasos fue uno de los mejores de estas últimas ediciones. Este preludio sin parangón del Lunes Santo, intimista y de marcado carácter austero, se ha convertido, gracias al trabajo realizado durante años, en uno de los momentos más esperados por multitud de cofrades que abarrotan con riguroso silencio e imponente respeto el templo de San Mateo en la noche del Domingo de Ramos, a la espera de la siempre emotiva primera levantá de nuestros pasos. Como ya es habitual, y no por ello menos meritorio, la Coral de Tarifa volvió a conferirle al acto la solemnidad requerida y perseguida por los oficiales de la hermandad. Cabe destacar que este año 2014, como ya se adelantó en el blog, volvieron a hacer acto de presencia entre las trabajaderas del paso de misterio varios antiguos componentes de la cuadrilla del Señor, con motivo del ya referido aniversario.
Esta cofradía no podía tener mejores vísperas que las que se pueden contemplar en su sede canónica la noche previa a la estación de penitencia, y así lo aseveran gran cantidad de hermanos y personas que quedan absortos ante tantos estímulos sensoriales concentrados en un breve intervalo espacio-temporal.

En cuanto a la climatología, factor que se escapa de cualquier previsión y organización, ésta mostró su cara más desapacible en la tarde-noche del Lunes Santo, privándonos de hermosísimas estampas para el recuerdo como así sucedió el pasado año, que tan bien quedó reflejado en las instantáneas que nos regaló para el recuerdo el fotógrafo Gregorio Cózar.
            No obstante, a pesar de este revés que menoscabó el trabajo planteado y las ilusiones de muchas personas –aunque tal aserción pueda parecer exagerada- así como habiendo reconocido y localizado las cuestiones y asuntos susceptibles de mejora, la estación de penitencia se saldó con balance positivo a juicio de la junta de gobierno, avalada tal apreciación, entre otras cuestiones, en virtud a la ingente cantidad de felicitaciones recibidas por cómo se desarrollo el Lunes Santo.

  
            Aunque se ha convertido en un comentario habitual y generalizado como consecuencia de una larga trayectoria de servicio y buen hacer para con la hermandad, las cuadrillas de costaleros volvieron a dar muestras de su buen trabajo y dedicación en honor a Nuestros Amantísimos Titulares. Mucho se ha comentado sobre la efeméride que este año celebraban los costaleros de Nuestro Padre Jesús en la Oración del Huerto, pero no puede soslayarse la retirada de uno de los más veteranos del citado colectivo. Tras veinte años de servicio, Sebastián Chicano Franco, uno de los costaleros más representativos de los últimos años, colgaba la faja y el costal y se apartaba del noble oficio dejando detrás de sí momentos únicos e irrepetibles junto al Señor de la Oración.
            Los andares de los pasos siguen consolidando la línea que marcó la junta de gobierno al principio de su mandato, es decir, movimientos mesurados, comedidos y elegantes para el paso del Señor, con notable reducción en los cambios de paso y de ritmo, y movimientos cadenciosos, acompasados y sutiles para el discurrir de Nuestra Madre, que ha mostrado un gran cambio cualitativo en su ya octava salida en procesión.

            El aspecto anteriormente citado de las cuadrillas de costaleros está en consonancia con los repertorios musicales elegidos para el pasado Lunes Santo. Cuando hoy día numerosas corporaciones abogan por una selección de marchas cargada de clasicismo, esta cofradía emprendió ese camino años atrás, intentado dotar al conjunto de la procesión, y desde la perspectiva musical en concreto, un cariz más solemne, señorial y elegante, evitando en la medida de lo posible composiciones de dudosa calidad de acuerdo con las pautas marcadas desde la vocalía musical.
            En este sentido, hay que destacar la labor llevada a cabo por las bandas que acompañan a Nuestros Titulares, sabiendo interpretar con solvencia el estilo que pretende la cofradía. Reseñable es la vuelta de Carmona al paso de misterio, que tan bien casa con la cuadrilla de hermanos costaleros; así como la Banda “Manuel Reiné”, que se adaptó a la perfección a las directrices que los responsables del palio establecieron, mejorando también su actuación con respecto al año anterior.


Es digno mencionar todas las cuestiones que envuelven a los nazarenos de esta cofradía, tanto por su número de participación en el desfile procesional como por su organización (dentro y fuera del templo), y las personas encargadas del mismo.
Esta cofradía goza del cortejo más extenso de la localidad, aspecto que llena de orgullo a la junta de gobierno que ve recompensado de este modo el esfuerzo realizado en fomentar este ámbito. Asimismo, otro punto notable, y susceptible de análisis, es que entre las filas de nazarenos hacen estación de penitencia con esta cofradía un buen número de personas no hermanas de la misma y una gran cantidad de niños, motivo también de gozo para esta junta, que se congratula de comprobar cómo estos futuros cofrades optan por iniciar su andadura en esta hermandad, constituyéndose así uno de los grandes semilleros de la Semana Santa tarifeña. El contrapunto de este esperanzador dato lo encontramos en la complejidad a la hora de organizar y controlar a los jóvenes, que resulta siempre una labor ardua debido a los comportamientos propios de esas edades, pero que en ningún momento llega a empañar la imagen de seriedad y compostura, salvo en ocasiones puntuales, que siempre ha transmitido el cortejo penitencial de esta cofradía.

            En otro orden de cosas, habría que subrayar que fue muy comentado, y de manera positiva, el exorno floral de ambos pasos, elaborado de manera exquisita. Los tipos de flores, ya citados en otra entrada de este blog, otorgaron a los mismos una estética muy acertada y entroncada a la perfección en todo su conjunto. Sigue gustando, y mucho, el adorno “silvestre” del paso del Señor; originalidad y carácter. El paso de palio sigue en su línea elegante y clásica. La belleza que transmitió el Lunes Santo fue objeto de elogio por muchos hermanos, que no dudaron en reconocer el esmero y la sutileza con la que estaba pinchada la flor.


            Hay que incidir igualmente en lo acertado del ligero cambio de recorrido. Se lograron en ese sentido los objetivos pretendidos, descritos en el boletín anual “Getsemaní”. Tanto en la vertiente funcional como en la estética, el discurrir por las calles María Antonia Toledo y General Vives proporcionaron a la cofradía unos momentos y unas imágenes antes desconocidas, siendo las mismas consideradas muy positivamente por la junta de gobierno y muchas personas allegadas a la misma que en los mismos términos se expresaron.

            Se ha valorado el aspecto externo de la cofradía; para muchos podrá parecer que sólo se han analizado cuestiones “banales”, sin llegar al fondo del verdadero sentido de la Semana Santa. Pero a juicio de la junta de gobierno, entrar a valorar el nivel religioso y espiritual excede sus competencias, ya que esas cuestiones pertenecen al fuero interno de cada persona y dependerá de cómo haya sido su preparación y sus motivaciones de cara a realizar la estación de penitencia con sus Titulares.
            Evidentemente no todo lo aquí comentado habrá satisfecho o agradado a la totalidad de los hermanos, ni tampoco tiene que ser necesariamente compartido por nuestros lectores, ya sean miembros o no de esta corporación nazarena; desde el gobierno de la hermandad se es consciente de ello, y la única pretensión de esta valoración es ofrecer una visión sucinta de algunos aspectos de la pasada estación de penitencia. En ningún momento se ha querido hacer un ejercicio de autocomplacencia. Esta evaluación y visión de lo vivido es el resumen resultante del análisis más objetivo posible y pormenorizado, teniendo en consideración también las opiniones y estimaciones de toda persona que ha querido expresar su opinión acerca del Lunes Santo.
            Para finalizar, volver a insistir que, como se comentó al inicio de la entrada, lógicamente han existido errores, pero esas cuestiones pertenecen al dominio de la junta de gobierno, y es en ese ámbito donde deben ser tratados y corregidos en la medida de lo posible, escuchando siempre a cualquier hermano que ofrezca su crítica constructiva para engrandecer nuestra hermandad. Y por ello, la junta de gobierno queda, como siempre, a disposición de todos sus hermanos y hermanas que deseen colaborar con la cofradía en cualquier parcela de la misma, ya sea aportando ideas, en cuestiones organizativas o logísticas o de cualquier otra índole.
                       




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