martes, 5 de febrero de 2019

- Cultos 2019

    

     El pasado fin de semana, durante los días 1, 2 y 3 de febrero, en cumplimento con lo estipulado en el artículo 24, apartado a), de nuestro estatuto y el artículo 21 del reglamento de régimen interno, se celebró el triduo anual dedicado a Nuestros Venerados Titulares, oficiado por nuestro director espiritual y párroco de San Mateo, el Rvdo. D. Juan Pedro Varo Salguero.

     Como suele ser habitual, la Hermandad dispuso un sencillo pero elegante altar de cultos, donde la imagen del Señor adquiere todo el protagonismo, siendo esta la única oportunidad en el año de contemplar su rostro desde la cercanía que en ocasiones quiebra los sentidos. Portaba su túnica más noble - la morada con remates bordados en el torso y en las mangas - conjugada con el mostaza de uno de sus mantolines. Llevábamos tiempo sin contemplar este atavío.





     Posicionado en su peana de cultos, destaca entre los detalles los dos ángeles que desde su monte sujetaban su abrigo. El conjunto solo se acompañaba de sus ya tradicionales seis cirios franqueando la ubicación, y dos motivos florales de una gama malva y morada, resultado de la combinación de iris, rosas, claveles, liatris, statice y eucalipto. El cáliz, a sus pies.






     Ntra. Madre De Dios y del Rosario amaneció el viernes engalanada por su vestidor, Ignacio Blanco Peralta, con atuendo hebraico propio del tiempo litúrgico que se aproxima, utilizando magistralmente para el rostrillo telas estrenadas el pasado año para la vestimenta del Señor. 
     Desde su altar, y con aires originales, acompañaba estos días en ese silencioso pero rotundo discurso escrito en un triduo: Ha llegado de nuevo, ha llegado todo.






     El cofrade es alguien ansioso porque la cuaresma llegue y aplaste la serenidad de los días. El cofrade del Huerto no mira la fecha donde la ceniza viste un miércoles aún retirado. Es en el fin de semana de cultos cuando el reloj altera una nueva velocidad en sus agujas, y la cuarentena penitente deja de ser solo cuarenta días y sus respectivas noches.






   Como novedad en esta edición, y por cuestiones organizativas de la parroquia, la solemne misa del tercer día del triduo se celebró a las 12:00 horas, siendo las dos anteriores a las 20:00 horas. La primera, como así recoge nuestro reglamento, estuvo dedicada a los hermanos difuntos; la siguiente a los hermanos costaleros y hermanos y hermanas en general y la última a la Junta de Gobierno, a la vez que constituía la misa preparatoria del Lunes Santo.

   El domingo día 3 de febrero, durante el período matinal, el Señor estuvo expuesto en besamanos y al finalizar la Eucaristía, como novedad también en este año, tuvo lugar un pequeño ágape en los salones parroquiales de la iglesia de San Mateo para hermanos, allegados, sacerdotes y hermanos mayores del resto de hermandades de la localidad.






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